¡LOS PADRES
APOSTÓLICOS¡
¿TRINITARIOS O
UNICITARIOS?
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Dentro
del ámbito cristiano es muy común esta discusión entre unicitarios y
trinitarios, los trinitarios dicen que los padres apostólicos eran trinitarios,
y los unicitarios decimos que estos eran unicitarios.
Pero
para saber si estos llamados padres apostólicos eran unicitarios o trinitarios
debemos primero conocer esto:
A) Cuál es el concepto de
trinidad
B) Cuál es el concepto de
unicidad
C) Porque se les llamó
padres apostólicos a estos hombres.
RESPUESTA A ESTAS TRES
PREGUNTAS
A) Cuál es el concepto de
trinidad:
Los expositores de la trinidad han definido que
la trinidad es la unión de tres personas Divinas que forman el Dios verdadero.
O un Dios en tres personas distintas y separadas
cada una de ellas, pero coiguales la una de la otra; donde el Padre es Dios, el
Hijo es Dios y el Espíritu Santo es Dios, pero no son tres Dioses, sino un
Dios. Argumenta además la trinidad que el que vino al mundo haciéndose hombre
fue la segunda persona de la trinidad o el Dios Hijo.
B) Cuál es el concepto de
unicidad:
La unicidad se define como la cualidad de ser
ÚNICO, SOLO, IRREPETIBLE, SINGULAR.
PERSONA O COSA QUE ES SOLA, ÚNICA Y SIN OTRO
IGUAL O SEMEJANTE EN SU ESPECIE.
Según esta definición de unicidad y apoyados en
las escrituras los unicitarios decimos que Dios es uno, único y solo, que no
hay otro igual a él, fue este Dios único que se manifestó en carne como un Hijo
nacido de mujer cumpliendo él mismo lo que dijo por medio de los profetas, y
nosotros lo conocemos con el nombre de Jesús, y siendo Jesús él mismo el
Espíritu Santo.
C) Porque estos hombres
fueron llamados padres apostólicos:
Estos hombres fueron llamados padres apostólicos
porque fueron conocedores en vida de algunos de los apóstoles de Cristo.
Se llaman padres apostólicos a los autores del
cristianismo primitivo que, según la tradición, tuvieron algún contacto con uno
o más de los apóstoles de Jesús de Nazaret.
Ahora,
conociendo ya porque a estos hombres se les llamó padres apostólicos y teniendo
claro la definición de unicidad y trinidad miraremos en los escritos de estos
hombres si ellos eran trinitarios o unicitarios.
Hay
que tener en claro que dentro de la definición dada de padres apostólicos solo
encajan:
1)
Policarpo
de Esmirna: nació en el año 69 y muere en el año 155, según Ireneo, Policarpo
fue discípulo de Juan. Policarpo Fue un obispo de la Iglesia primitiva. Considerado como
padre apostólico o conocedor en vida de algunos de los apóstoles.
Fue obispo de la ciudad de Esmirna, siendo presuntamente consagrado por Juan El
apóstol.
El único escrito que se tiene de Policarpo es la
carta a los Filipenses, la cual cuenta con poco contenido teológico, comparadas
con las cartas de Ignacio de Antioquía y Clemente de Roma.
Fue a Policarpo que está dirigida la carta que
envía el Señor Jesús en apocalipsis, donde dice: 8 Y escribe al ángel de la
iglesia en Esmirna: El primero y el postrero, el que estuvo muerto y vivió,
dice esto:
9 Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu
pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y
no lo son, sino sinagoga de Satanás. (apocalipsis 2:8-9)
Aunque la carta de Policarpo a los Filipenses
cuenta con muy poca información teológica acerca del pensamiento teológico
“valga la redundancia” de Policarpo acerca de la Deidad, podemos encontrar
versos los cuales los trinitarios usarían para decir que Policarpo es
trinitario, veamos esos textos:
Saludo
Policarpo y los presbíteros que están con él, a
la Iglesia de Dios que habita como extranjera en Filipos: que la misericordia y
la paz les sean dadas en plenitud por Dios todopoderoso y Jesucristo nuestro
Salvador.
I.
Me
gocé en gran manera con vosotros en nuestro Señor Jesucristo, por el hecho de
que recibisteis a los seguidores del verdadero Amor y los escoltasteis en su
camino, como os correspondía hacer —hombres puestos en santas cadenas que son
las diademas de los que son verdaderamente escogidos por Dios y nuestro Señor— y
que la firme raíz de vuestra fe, cuya fama llega a los tiempos primitivos,
permanece aún ahora y lleva fruto para nuestro Señor Jesucristo, que sufrió para
hacer frente incluso a la muerte por nuestros pecados, a quien Dios levantó, habiendo soltado de
los dolores del Hades, a quien amáis sin haberle visto, con gozo inefable y glorioso; en cuyo gozo muchos
desean entrar; por cuanto vosotros sabéis que es por gracia que somos salvos,
no por obras, sino por la voluntad de Dios por medio de Jesucristo.
XII. Porque estoy persuadido de que estáis bien
versados en los escritos santos, y nada está escondido de vosotros. Pero a mí
esto no me ha sido concedido. Sólo que, según dicen estas escrituras: Enojaos y
no pequéis, y Que el sol no se ponga sobre vuestro enojo. Bienaventurado es el
que recuerda esto; y confío que es así con vosotros. Ahora bien, que el Dios y Padre de nuestro
Señor Jesucristo, y el mismo Sumo Sacerdote eterno, el [Hijo] de Dios Jesucristo,
os edifique en fe y en verdad, y en toda mansedumbre y a evitar todo enojo, y
en resistencia, y en longanimidad, y en soportar con paciencia y en pureza; y
que Él os conceda la suerte y parte de sus santos, y a nosotros con vosotros, y
todos los que están bajo el cielo, que
creerán en nuestro Señor y Dios Jesucristo y en su Padre que lo levantó de los
muertos. Orad en favor de todos los santos. Orad también por los reyes
y potentados y príncipes, y por los que os persiguen y aborrecen, y por los
enemigos de la cruz, que vuestro fruto pueda ser manifiesto entre todos los
hombres, para que podáis ser perfeccionados en Él.
A la verdad lo digo, pareciera que Policarpo
hablara de dos Deidades diferentes en su carta, Jesús y el Padre, hasta que
llegamos a este punto:
Que para Policarpo Jesús es el Señor:
I.
Me
gocé en gran manera con vosotros en
nuestro Señor Jesucristo, por el hecho de que recibisteis a los
seguidores del verdadero Amor y los escoltasteis en su camino, como os
correspondía hacer —hombres puestos en santas cadenas que son las diademas de
los que son verdaderamente escogidos por Dios y nuestro Señor— y que la firme
raíz de vuestra fe, cuya fama llega a los tiempos primitivos, permanece aún
ahora y lleva fruto para nuestro Señor Jesucristo,
Para
Policarpo Jesús es el Señor y Dios que vino en carne como lo proclamó el Señor,
los evangelios, los apóstoles y los profetas:
VI.
Y los presbíteros también deben ser compasivos, misericordiosos hacia los
hombres, haciendo volver a las ovejas que se han extraviado, visitando a todos
los enfermos, sin descuidar una viuda o un huérfano o un pobre: sino procurando
hacer siempre lo que es honroso a la vista de Dios y de los hombres,
absteniéndose de toda ira, acepción de personas, juicios injustos, apartándose
de todo amor al dinero, no prontos a creer nada en contra de un hombre, sin
enjuiciar precipitadamente, sabiendo que todos somos deudores de pecado. Si,
pues, rogamos al Señor que nos perdone, nosotros deberíamos también perdonar: porque estamos
delante de los ojos de nuestros Señor y Dios, y todos hemos de
presentarnos ante el trono del juicio de Cristo, y cada uno tendrá que dar
cuenta de sí. Por tanto, sirvámosle de tal modo con temor y toda reverencia, como Él mismo dio mandamiento y los apóstoles que
os predicaron el Evangelio y los profetas que proclamaron con antelación la
venida de nuestro Señor; siendo celosos en cuanto a lo que es
bueno, absteniéndoos de ofensas y de los falsos hermanos y de los que llevan el
nombre del Señor hipócritamente, que hacen descarriar a los necios.
VII.
Porque todo el que no confiesa que
Jesucristo ha venido en la carne, es anticristo; y todo el que no
confiesa el testimonio de la cruz, es del diablo; y todo el que tergiversa las
palabras del Señor para sus propios deseos carnales y dice que no hay
resurrección ni juicio, este hombre es el primogénito de Satanás.
XII.
Porque
estoy persuadido de que estáis bien versados en los escritos santos,
y nada está escondido de vosotros.
Y
como todos sabemos Jesús dijo que el que lo veía a él, Veía al Padre y esto lo
dijo basado en los escritos de la ley y los profetas. (Juan 5:39 – Mateo 5:17 –
Juan 12:44 – 45 –14:9)
Los
evangelios dicen que Jesús es el Señor como dijo Isaías ( Juan 1:19-23 – Mateo
1:21-23 )
Los
apóstoles dijeron que Jesús es el único Dios, el Padre que vino al mundo en
carne (1 de Timoteo 1:12-17 – 3:14-16 – 2 de Tesalonisenses 2:16, Juan 1:1-10
contexto 1 de Juan 1:1-2 – 1 de Juan 3:1-5)
Y
esto fue testificado por los profetas (Isaías 7:14 … 9:6 – 52:6 – 33:22
–35:4—60:1-3)
Como
todos vemos, Policarpo confesó que Jesús es el Señor y Dios que vino al mundo
como lo confesaron los profetas y testificaron el Señor, los evangelios y los
apóstoles, y según las escrituras de los profetas el que vino al mundo como
hombre fue el único Dios haciéndose hijo al nacer de una mujer, y esto lo
creemos los Unicitarios, Policarpo no dijo que Jesús es el Dios hijo la segunda
persona de la trinidad, ni mucho menos dijo que Dios fueran tres personas
divinas en uno.
2) Clemente
de Roma: Considerado
como padre apostólico o conocedor en vida de algunos de los apóstoles.
No se tiene fecha de su nacimiento, pero se data su muerte alrededor del año 97.
Fue obispo de la ciudad de Roma. Es considerado por Ireneo de Lyon como el
tercero después de los apóstoles, fue discípulo de Pablo y Pedro.
Pablo testifica de Clemente en filipenses
4:3:
Asimismo
te ruego también a ti, compañero fiel, que ayudes a éstas que combatieron
juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también y los demás colaboradores
míos, cuyos nombres están en el libro de la vida.
Es muy cierto que en teología de Clemente encontramos versos
como estos donde él nos dice que el Cristo es Hijo del Padre, y esto lo creemos los unicitarios:
VII. Estas cosas, amados, os escribimos no sólo con carácter
de admonición, sino también para haceros memoria de nosotros mismos. Porque
nosotros estamos en las mismas listas y nos está esperando la misma oposición.
Por lo tanto, pongamos a un lado los pensamientos vanos y ociosos; y
conformemos nuestras vidas a la regla gloriosa y venerable que nos ha sido
transmitida; y veamos lo que es bueno y agradable y aceptable a la vista de
Aquel que nos ha hecho. Pongamos nuestros ojos en la sangre de Cristo y démonos çuenta de lo precioso que es para su Padre,
porque habiendo sido derramado por nuestra salvación, ganó para todo el mundo
la gracia del arrepentimiento. Observemos todas las generaciones en orden, y
veamos que de generación en generación el Señor ha dado oportunidad para el
arrepentimiento a aquellos que han deseado volverse a Él. Noé predicó el
arrepentimiento, y los que le obedecieron se salvaron. Jonás predicó la
destrucción para los hombres de Nínive; pero ellos, al arrepentirse de sus
pecados, obtuvieron el perdón de Dios mediante sus súplicas y recibieron
salvación, por más que eran extraños respecto a Dios.
También encontramos en la teología de Clemente que Jesús es el
Sumo sacerdote, esto también lo creemos los unicitarios:
XXXVI. Ésta es la manera, amados, en que encontramos nuestra
salvación, a saber, Jesucristo el Sumo Sacerdote de nuestras ofrendas,
el guardián y ayudador en nuestras debilidades. Fijemos nuestra mirada, por
medio de Él, en las alturas de los cielos; por medio de Él contemplamos como en
un espejo su rostro intachable y excelente; por medio de Él fueron abiertos los
ojos de nuestro corazón; por medio de Él nuestra mente insensata y
entenebrecida salta a la luz; por medio de Él el Señor ha querido que probemos
el conocimiento inmortal; el cual, siendo el resplandor de su majestad, es muy
superior a los ángeles, puesto que ha heredado un nombre más excelente que
ellos. Porque está escrito: El que hace a sus ángeles espíritus y a sus
ministros llama de fuego; pero de su Hijo el Señor dice esto: Mi Hijo eres tú,
yo te he engendrado hoy. Pídeme y te daré a los gentiles por heredad, y los
extremos de la tierra por posesión tuya. Y también le dice: Siéntate a mi
diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. ¿Quiénes son,
pues, estos enemigos? Los que son malvados y resisten su voluntad.
En la teología de Clemente encontramos que él creía en un Dios,
pero no en un Dios formado de tres personas iguales separadas y distintas, no,
Clemente creía en un Dios que es único como lo dijo Moisés y los profetas, y
esto lo creemos los unicitarios:
XXX. Viendo, pues, que somos una porción especial de un Dios
santo, hagamos todas las
cosas como corresponde a la santidad, abandonando las malas palabras, intereses
impuros y abominables, borracheras y tumultos y concupiscencias detestables,
adulterio abominable, orgullo despreciable; porque Dios (dice la Escritura) resiste
al orgulloso y da gracia al humilde. Por tanto mantengámonos unidos a aquellos
a quienes Dios da gracia. Vistámonos según corresponde, siendo humildes de
corazón y templados, apartándonos de murmuraciones y habladurías ociosas,
siendo justificados por las obras y no por las palabras. Porque Él dice: El que
habla mucho, tendrá que oír mucho también. ¿Cree que es justo el que habla
mucho? Bienaventurado es el nacido de mujer que vive corto tiempo. No seas
abundante en palabras. Que nuestra alabanza sea de Dios, no de nosotros mismos;
porque Dios aborrece a los que se alaban a sí mismos. Que el testimonio de que
obramos bien lo den los otros, como fue dado de nuestros padres que eran
justos. El atrevimiento, la arrogancia y la audacia son para los que son malditos
de Dios; pero la paciencia y la humildad y la bondad convienen a los que son
benditos de Dios.
XLIII. Y ¿de qué hay que sorprenderse que aquellos a quienes
se confió esta obra en Cristo, por parte de Dios, nombraran ellos a las
personas mencionadas, siendo así que el mismo bienaventurado Moisés,
que fue un fiel siervo en toda su
casa, dejó testimonio como una señal en los sagrados libros de todas las cosas
que le fueron ordenadas? Y a él también siguió el resto de los profetas, dando
testimonio juntamente con él de todas las leyes que fueron ordenadas por él.
Porque Moisés, cuando aparecieron celos respecto al sacerdocio, y hubo disensión
entre las tribus sobre cuál de ellas estaba adornada con el nombre glorioso,
ordenó a los doce jefes de las tribus que le trajeran varas, en cada una de las
cuales estaba inscrito el nombre de una tribu. Y él las tomó y las ató y las
selló con los sellos de los anillos de los jefes de las tribus y las puso en el
tabernáculo del testimonio sobre la mesa de Dios. Y habiendo cerrado el
tabernáculo, selló las llaves y lo mismo las puertas. Y les dijo: Hermanos, la
tribu cuya vara florezca, ésta ha sido escogida por Dios para que sean
sacerdotes y ministros para El. Y cuando vino la mañana, llamó a todo Israel, a
saber, seiscientos mil hombres, y les mostró los sellos de los jefes de las
tribus y abrió el tabernáculo del testimonio y sacó las varas. Y la vara de
Aarón no sólo había brotado sino que había dado fruto. ¿Qué pensáis, pues,
amados? ¿No sabía Moisés de antemano que esto era lo que pasaría? Sin duda lo
sabía. Pero hizo esto para que no hubiera desorden en Israel, para que el
nombre del Dios único y verdadero pudiera ser glorificado; a quien sea la
gloria para siempre jamás. Amén.
Es muy cierto que en la teología de Clemente encontramos textos
que pueden confundir a un lector sin entendimiento
LVIII. Sed obedientes a su Nombre santísimo y glorioso, con
lo que escaparéis de las amenazas que fueron pronunciadas antiguamente por boca
de la Sabiduría contra los que desobedecen, a fin de que podáis vivir
tranquilos, confiando en el santísimo Nombre de su majestad. Atended nuestro
consejo, y no tendréis ocasión de arrepentiros de haberlo hecho. Porque tal como
Dios vive, y vive el Señor Jesucristo, y el Espíritu Santo, que
son la fe y la esperanza de los elegidos, con toda seguridad el que, con
humildad de ánimo y mansedumbre haya ejecutado, sin arrepentirse de ello, las
ordenanzas y mandamientos que Dios ha dado, será puesto en la lista y tendrá su
nombre en el número de los que son salvos por medio de Jesucristo, a través del
cual es la gloria para Él para siempre jamás. Amén.
Pero para Clemente el Espíritu es el mismo Jehová, leamos:
XIII. Seamos, pues, humildes, hermanos, poniendo a un lado
toda arrogancia y engreimiento, y locura e ira, y hagamos lo que está escrito. Porque el
Espíritu Santo dice: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en
su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas; mas el
que se alabe que lo haga en el Señor, que le busca y hace juicio y justicia; y,
sobre toda~ recordando las palabras del Señor Jesús, que dijo, enseñando
indulgencia y longanimidad: Tened misericordia, y recibiréis misericordia;
perdonad, y seréis perdonados. Lo que hagáis, os lo harán a vosotros. Según deis,
os será dado. Según juzguéis, seréis juzgados. Según mostréis misericordia, se
os mostrará misericordia. Con la medida que midáis se os volverá a medir.
Afiancémonos en este mandamiento y estos preceptos, para que podamos andar en
obediencia a sus santas palabras, con ánimo humilde. Porque la palabra santa
dice: ¿A quién miraré, sino a aquel que es manso y humilde de espíritu y teme
mis palabras?
Esto que cita Clemente. Lo cual dice que dijo el Espíritu
Santo, lo dice Jehová en Jeremías 9, por lo tanto el Espíritu Santo es el mismo
Jehová, el único Dios que cita Clemente según moisés y los profetas, leamos:
23 Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en
su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en
sus riquezas.
Además Clemente habla de uno en su teología que es el Padre y el autor de todo el universo
XIX. Así pues, la humildad y sumisión de tantos hombres y
tan importantes, que de este modo consiguieron un buen nombre por medio de la
obediencia, nos ha hecho mejores no sólo a nosotros, sino también a las
generaciones que fueron antes que nosotros, a saber, las que recibieron sus
palabras en temor y verdad. Viendo, pues, que somos partícipes de tantos hechos
grandes y gloriosos, apresurémonos a volver al objetivo de la paz que nos ha
sido entregado desde el principio, y miremos fijamente al Padre y Autor de todo el mundo, y
mantengámonos unidos a sus excelentes dones de paz y beneficios. Contemplémosle
en nuestra mente, y miremos con los ojos del alma su voluntad paciente y
sufrida. Notemos cuán libre está de ira hacia todas sus criaturas
XXXV. ¡Qué benditos y maravillosos son los dones de Dios,
amados! ¡Vida en inmortalidad, esplendor en justicia, verdad en osadía, fe en
confianza, templanza en santificación! Y todas estas cosas nosotros las podemos
obtener. ¿Qué cosas, pues, pensáis que hay preparadas para los que esperan
pacientemente en Él? El Creador y Padre de las edades, el Santo mismo,
conoce su número y su hermosura.
Pero clemente dice que ese que es el Padre es el Señor
LVI. Por tanto, intercedamos por aquellos que están en
alguna transgresión, para que se les conceda mansedumbre y humildad, de modo
que se sometan, no ante nosotros, sino a la voluntad de Dios……. podéis
ver, amados, grande es la protección de los que han sido disciplinados por el Señor; porque siendo un buen
padre, nos castiga con miras a que podamos obtener misericordia por
medio de su justo castigo.
Como vemos el Padre es el Señor, y para Clemente este que Señor
que es el Padre y que es el creador de todo, se llama Jesús, leamos
XXXIII. ¿Qué hemos de hacer, pues, hermanos? ¿Hemos de
abstenemos ociosamente de hacer bien, hemos de abandonar el amor? Que el Señor
no permita que nos suceda tal cosa; sino apresurémonos con celo y tesón en
cumplir toda buena obra. Porque el Creador y Señor del mismo universo se regocija
en sus obras. Porque con su poder sumo Él ha establecido los
cielos, y en su sabiduría incomprensible los ha ordenado. Y la tierra Él la
separó del agua que la rodeaba, y la puso firme en el fundamento seguro de su
propia voluntad; y a las criaturas vivas que andan en ella Él les dió
existencia con su ordenanza. Habiendo, pues, creado el mar y las criaturas
vivas que hay en él, Él lo incluyó todo bajo su poder. Sobre todo, como la obra
mayor y más excelente de su inteligencia, con sus manos sagradas e infalibles
Él formó al hombre a semejanza de su propia imagen. Porque esto dijo Dios:
Hagamos al hombre según nuestra imagen y nuestra semejanza. Y Dios hizo al
hombre; varón y hembra los hizo Él.Habiendo, pues, terminado todas estas cosas,
las elogió y las bendijo y dijo: Creced y multiplicaos. Hemos visto que todos
los justos estaban adornados de buenas obras. Sí, y el mismo Señor, habiéndose
adornado Él mismo con obras, se gozó. Viendo, pues, que tenemos este ejemplo,
apliquémonos con toda diligencia a su voluntad; hagamos obras de justicia con
toda nuestra fuerza.
XX. Los cielos son movidos según sus órdenes y le obedecen
en paz. Día y noche realizan el curso que Él
les ha asignado, sin estorbarse el uno al otro. El sol y la luna y las
estrellas movibles dan vueltas en armonía, según Él
les ha prescrito, dentro de los límites asignados, sin desviarse un punto. La
tierra, fructífera en cumplimiento de su voluntad en las estaciones apropiadas,
produce alimento que es provisión abundante para hombres y bestias y todas las
criaturas vivas que hay en ella, sin disentir en nada, ni alterar nada de lo
que Él ha decretado. Además, las profundidades inescrutables de los abismos y
los inexpresables +estatutos+ de las regiones inferiores se ven constreñidos
por las mismas ordenanzas. El mar inmenso, recogido por obra suya en un lugar,
no pasa las barreras de que está rodeado; sino que, según se le ordenó, así lo
cumple. Porque El dijo: Hasta aquí llegarás,
y tus olas se romperán dentro de ti. El océano que el hombre no puede pasar, y
los mundos más allá del mismo, son dirigidos por las mismas ordenanzas del
Señor. Las estaciones de la primavera, el verano, el otoño y el invierno se
suceden la una a la otra en paz. Los vientos en sus varias procedencias en la
estación debida, cumplen su ministerio sin perturbación; y las fuentes de flujo
incesante, creadas para el goce y la salud, no cesan de manar sosteniendo la
vida de los hombres. Todas estas cosas
el gran Creador y Señor del universo ordenó
que se mantuvieran en paz y concordia, haciendo bien a todos, pero mucho más
que al resto, a nosotros, los que nos hemos refugiado en las misericordias
clementes de nuestro Señor
Jesucristo, al cual sea la gloria y la majestad para siempre jamás. Amén
Y clemente concluye su carta, mostrando que el Señor “el cual es
Jesús” el mismo es SOLO Dios de toda carne, el Salvador, el Creador, el Hijo,
el Sacerdote, Padre Dios y Creador y todo esto conforme a las palabras de Dios:
LIX. Pero si algunas personas son desobedientes a las
palabras dichas por Él por medio de nosotros, que entiendan bien que se están
implicando en una transgresión y peligro serios; mas nosotros no seremos
culpables de este pecado. Y pediremos con insistencia en oración y suplicación que el Creador del universo pueda
guardar intacto hasta el fin el número de los que han sido contados entre sus
elegidos en todo el mundo, mediante su querido Hijo Jesucristo, por medio del
cual nos ha llamado de las tinieblas a la luz, de la ignorancia al pleno
conocimiento de la gloria de su Nombre.
[Concédenos,
Señor,] que podamos poner nuestra esperanza en tu
Nombre, que es la causa primaria de toda la creación, y abramos los ojos de
nuestros corazones para que podamos conocerte a Ti, que eres sólo el más Alto entre los altos, el Santo entre los
santos; que abates la insolencia de los orgullosos, y desbaratas los
designios de las naciones; que enalteces al humilde, y humillas al exaltado;
que haces ricos y haces pobres; que matas y das vida; que eres sólo el benefactor de los espíritus y el Dios de toda
carne; que miras en los abismos, y escudriñas las obras del hombre; el
socorro de los que están en peligro, el Salvador de
los que están en angustia; el Creador y
observador de todo espíritu; que multiplicas las naciones sobre la tierra, y
has escogido de entre todos los hombres a los que te aman por medio de Jesucristo, tu querido Hijo,
por medio del cual nos enseñaste, nos santificaste y nos honraste. Te rogamos, Señor y Maestro, que seas
nuestra ayuda y socorro. Salva entre nosotros a aquellos que están en
tribulación; ten misericordia de los abatidos; levanta a los caídos; muéstrate
a los necesitados; restaura a los apartados; convierte a los descarriados de tu
pueblo; alimenta a los hambrientos; suelta a los presos; sostén a los débiles;
confirma a los de flaco corazón. Que todos los gentiles sepan que sólo Tú eres Dios, y Jesucristo es tu Hijo, y
nosotros somos tu pueblo y ovejas de tu prado.
LXII. Os hemos escrito en abundancia,
hermanos, en lo que se refiere a las cosas que corresponden a nuestra religión
y son más útiles para una vida virtuosa a los que quieren guiar [sus pasos] en
santidad y justicia. Porque en lo que se refiere a la fe y al
arrepentimiento y al amor y templanza genuinos y sobriedad y paciencia, hemos
hecho uso de todo argumento, recordándoos que tenéis que agradar al Dios
todopoderoso en justicia y verdad y longanimidad y santidad, poniendo a un lado
toda malicia y prosiguiendo la concordia en amor y paz, insistiendo en la
bondad; tal como nuestros padres, de los cuales os hemos hablado antes, le
agradaron, siendo de ánimo humilde hacia su Padre y Dios y
Creador y hacia todos los hombres. Y os hemos recordado estas
cosas con mayor placer porque sabemos bien que estamos escribiendo a
hombres que son fieles y de gran estima y han escudriñado con diligencia las
palabras de la enseñanza de Dios.
Y estas palabras de Dios son sus profecías
LIII. Porque, amados, conocéis las
sagradas escrituras, y las conocéis bien, y habéis escudriñado las profecías de
Dios. Os escribimos estas cosas, pues, como recordatorio. Cuando
Moisés subió al monte y pasó cuarenta días y cuarenta noches en ayuno y
humillación,
Como vemos, en la teología de Clemente no encontramos un
solo texto que Diga que Dios es uno formado de tres personas, no, él dice que
Dios es uno, único y solo y todo esto Conforme a las escrituras de Moisés y los
profetas, las profecías de Dios y esto es lo que creemos los unicitarios.
3) Ignacio
de Antioquía: Es considerado uno de los Padres Apostólicos por su cercanía cronológica con
el tiempo de los apóstoles. Es autor de siete cartas que redactó
en el transcurso de unas pocas semanas, mientras era conducido desde Siria a
Roma para ser ejecutado o, como él mismo escribió.
Nace entre el año 25-28 y muere alrededor
de los años 98-110.
Los escritos de Ignacio están próximos en
el tiempo a la redacción de los evangelios.
Como todos sabemos en la primera ciudad que
a los apóstoles se les llamó cristianos fue en Antioquía de Siria donde fue
instituida la primera iglesia entre los gentiles y de allí salió Pablo como
misionero apartado por el Señor Jesús, alrededor del año 46 al 48. (hechos
13:1-3)
Miremos pues en los escritos de Ignacio si este es
trinitario o unicitario, teniendo en cuenta el concepto de unicidad y trinidad.
Los exponentes de la trinidad dicen que Ignacio era
trinitario por el vocabulario usado en sus cartas, estos son los argumentos:
Carta de Ignacio de Antioquía a los Filadelfianos:
Saludo:
Ignacio llamado Teóforo, a la iglesia de Dios el Padre y de Jesucristo, que está en Filadelfia de Asia.
1 He hallado que este obispo vuestro ostenta el ministerio
que pertenece al bienestar común, no por sí mismo o por medio de hombres , ni
para vanagloria, sino en el amor de Dios y el Padre y el Señor Jesucristo.
7
Porque aun cuando ciertas personas han deseado engañarme según la carne, con
todo, el
Espíritu no es engañado siendo Dios;
Carta de
Ignacio de Antioquía a los Romanos:
Saludo:
Ignacio
que es llamado Teóforo, a aquella que ha hallado misericordia en la benevolencia del Padre y de Jesucristo
su único Hijo
En
el verso tres dice Ignacio: porque nuestro Dios Jesucristo
estando en el Padre, es el que más fácilmente manifestado
Carta de
Ignacio de Antioquía a los Esmirneanos:
Saludo:
Ignacio
también llamado Teóforo, a la iglesia
de Dios el Padre y de Jesucristo el amado.
6
que ninguno os engañe. Incluso a los seres celestiales y a los ángeles
gloriosos y a los gobernantes visibles e invisibles, si no creen en la sangre
de Cristo que es Dios, les aguarda también el juicio.
Con
versos como estos quieren argumentar los trinitarios que Ignacio era
trinitario, ya que Dice:
Que
el Cristo es Dios.
Que
el Padre es Dios.
Que
el Espíritu es Dios.
Que
Jesús estaba en el Padre.
Y
en sus saludos hace separación entre el Padre y Jesús.
Ahora,
si comparamos estos textos con lo que es la doctrina de la trinidad vemos que
encuadra perfectamente, ya que como hemos visto para los trinitarios el Padre
es Dios, el Hijo es Dios, y el Espíritu Santo es Dios, para los trinitarios
Jesús como Hijo estaba con el Padre y todos estos versos concuerdan con la
doctrina trinitaria.
Ahora
a la verdad lo que han hecho los trinitarios es tomar versos y separarlos del
resto de los escritos de Ignacio, sin darle el contexto que Ignacio le da a
cada una de sus enseñanzas.
Ahora,
esta es la explicación a cada uno de esos enunciados trinitarios:
1
Ignacio
hace distinción entre el Padre y Jesús en sus cartas “en los saludos”:
Esto
es fácil de explicar en la teología de Ignacio, ya que el dice que el tomo este
saludo de los apóstoles:
Carta
de Ignacio a los Trallanos
Ignacio,
llamado también Teóforo, a la que es
amada por Dios el Padre de Jesucristo; a la santa iglesia que está en
Tralles de Asia, elegida y digna de Dios, teniendo paz en la carne y el
espíritu por medio de la pasión de Jesucristo, que es nuestra esperanza por
medio de nuestra resurrección en Él; iglesia a la cual yo saludo también en la plenitud
divina según la forma apostólica, y le deseo abundantes
parabienes.
Como
vemos Ignacio tomó su forma de saludar en sus cartas fue de la forma
apostólica, es decir de los apóstoles, es bien sabido que Pablo, Juan, Pedro
saludaron de la misma forma en sus cartas, pero ninguno de ellos dijo que el
Padre y el Hijo fueran dos personas Diferentes o distintas la una de la otra,
antes al Contrario, vemos dos ejemplos Claros donde Pablo Y Juan confiesan que
Jesús es el Padre.
2 Ignacio
dice que el Espíritu es Dios
Carta
de Ignacio de Antioquía a los filadelfianos:
VII.
Porque aun cuando ciertas personas han deseado engañarme según la carne, con todo, el
espíritu no es engañado, siendo de Dios;
Pero
para Ignacio el Espíritu no era otra persona divina aparte del Padre y del
Hijo, no; el Espíritu Santo para Ignacio es el mismo Jesús, leamos:
Carta
de Ignacio a los Magnesios
1. Conociendo vuestro amor perfectamente
ordenado para con Dios, regocijado me propuse hablaros en la fe de Jesucristo.
Porque, honrado con el nombre de divina dignidad, en las cadenas que llevo canto
a las Iglesias, y hago votos por su unión con la carne y el Espíritu de Jesucristo,
12. ¡Ojalá que yo goce de vosotros en todo! Con
tal que sea digno de ello. Porque, aunque encadenado, no soy nada en
comparación con cualquiera de vosotros, que estáis libres. Estoy persuadido de
que (por lo que os digo) no os envanecereis teniendo el espíritu de Jesucristo en vosotros. Más, aún, sé
que, cuando os elogio, os ruborizáis, según está escrito: "Es justo es su
propio acusador" (Prov. 18,17)
15. Os saludan los Efesios desde Esmirna, de
donde estoy escribiéndoos, los cuales están presentes para la gloria de Dios -y
al igual que vosotros, me fortalecieron en todo- junto con Policarpo, obispo de
los Esmirnenses.
Igualmente
os saludan las demás Iglesias en honor de Jesucristo. ¡Sed fuertes en la
concordia de Dios, en posesión del espíritu indivisible: Jesucristo!
3 Ignacio
dice que el Cristo es Dios
Carta
de Ignacio a los Esmirneanos
6 1 Que ninguno os engañe. Incluso a los seres
celestiales y a los ángeles gloriosos y a los gobernantes visibles e invisibles,
si no
creen en la sangre de Cristo [que es Dios], les aguarda también
el juicio.
Efectivamente
para Ignacio Jesús es Dios, y asi lo dice en el capítulo uno de la misma carta:
1:
1 Doy
gloria a Jesucristo el Dios que os concede tal sabiduría; porque
he percibido que estáis afianzados en fe inamovible,
Pero
no es otro Dios aparte del Padre como quieren enseñar los trinitarios, es decir
el Dios Hijo o la segunda persona de la trinidad, para Ignacio Jesús es el
único Dios que vino en Carne según las escrituras de los profetas, leamos:
Carta
a los Esmirneanos
5:
1 Pero
ciertas personas, por ignorancia, le niegan, o más bien han sido negadas por
Él, siendo abogados de muerte en vez de serlo de la verdad; y ellos no han sido
persuadidos por las profecías ni por la ley de Moisés, ni aun en
esta misma hora por el Evangelio, ni por los sufrimientos de cada uno de
nosotros.
2
Porque ellos piensan también lo mismo con respecto a nosotros. Porque, ¿qué
beneficio me produce [a mí] si un hombre me alaba pero blasfema de mi Señor, no confesando
que Él estaba en la carne? Pero el que no lo afirma, con ello le niega por
completo y él mismo es portador de un cadáver.
3
Pero sus nombres, siendo incrédulos, no considero apropiado registrarlos por
escrito; es más, lejos esté de mí el recordarlos, hasta que se arrepientan y regresen
a la pasión, que es nuestra resurreción.
6
1 Que ninguno os engañe. Incluso a los seres celestiales y a los ángeles gloriosos
y a los gobernantes visibles e invisibles, si no creen en la sangre de Cristo [que es Dios],
les aguarda también el juicio.
7
1 Así pues, los que contradicen el buen don de Dios perecen por ponerlo en
duda. Pero sería conveniente que tuvieran amor, para que también pudieran resucitar.
2
Es, pues, apropiado, que os abstengáis de los tales, y no les habléis en privado
o en público; sino que prestéis atención a los profetas, y especialmente al
Evangelio, en el cual se nos muestra la pasión y es realizada la
resurrección.
Como
vemos Ignacio afirma que Jesús es el Dios que se manifestó en carne,
testificado por los profetas y confirmado por el Evangelio (Isaías 33:22 – 35:4
– 52:6—40— 7:14 --60:1-3— 9:6--- Zacarias 9—Ezequiel 34….Juan 1:19-23-----1 de
Timoteo 1:12-17—3:14-16---2 de tesalonicenses 2:16)
Y
Ignacio sigue afirmando que el Dios eterno, el invisible se hizo visible:
Carta
de Ignacio a Policarpo
III.
No te desmayes por los que parecen ser dignos de crédito y, pese a todo,
enseñan doctrina extraña. Mantente firme como un yunque cuando
lo golpean. A un gran atleta le corresponde recibir golpes y triunfar. Pero por
amor de Dios hemos de soportar todas las cosas, para que El
nos soporte a nosotros. Sé, pues, más diligente de lo que eres. Marca las
estaciones. Espera
en Aquel que está por encima de toda estación, el Eterno, el Invisible, que se
hizo visible por amor a nosotros, el Impalpable, el Impasible, que sufrió por
amor a nosotros, que sufrió en todas formas por amor a nosotros.
Como
hemos visto Ignacio baso sus escritos en los profetas, y en ellos dice que el
único Dios eterno es Jehová, y fue este que decidió hacerse visible en carne al
nacer de una mujer.
Génesis
21:33 Y plantó Abraham un árbol tamarisco en Beerseba, e invocó allí el nombre de Jehová Dios ETERNO.
Deuteronomio
33:27 El
ETERNO Dios es tu refugio, Y acá abajo los brazos eternos; El
echó de delante de ti al enemigo,Y dijo: Destruye.
Isaías
40:28 ¿No has sabido, no has oído que el Dios ETERNO es Jehová,
el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con
cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance.
Isaías
9:6 Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su
hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre ETERNO,
Príncipe de Paz.
Ignacio
confirma que hay un solo Dios como lo testificaron los profetas que se hizo
manifiesto en Jesucristo “el que tiene al hijo tiene al padre”, leamos:
Carta
de Ignacio a los Magnesios
8. No os engañeis con doctrinas extrañas ni
con mitologías antiguas e inútiles. Porque, si hasta ahora seguimos viviendo
según el judaísmo, cofesamos no haber recibido la gracia. Porque los divinísimos profetas vivieron conforme a Jesucristo.
Por eso también fueron perseguidos, inspirados como estaban de su gracia para
convencer a los infieles de que existe un solo Dios, el cual se hizo manifiesto en
Jesucristo, su Hijo, que en su Verbo Eterno, no salido del
"Silencio"(Sigé) , que en todo fue la complacencia del que le envió.
4
Ignacio dice que Jesús estaba en el Padre
III.
Nunca habéis recibido a nadie de mala gana; fuisteis los instructores de otros.
Y mi deseo es que las lecciones que impartís como maestros las confirméis.
Rogad, sólo, que yo tenga poder por dentro y por fuera, de modo que no sólo pueda
decirlo, sino también desearlo; que pueda no sólo ser llamado cristiano, sino
que lo sea de veras. Porque si resulto serlo, entonces puedo ser tenido como
tal, y considerado fiel, cuando ya no sea visible al mundo. Nada visible es
bueno. Porque
Dios nuestro Dios Jesucristo, estando en el Padre, es el que es
más fácilmente manifestado. La obra no es ya de persuasión, sino que el
Cristianismo es una cosa de poder, siempre que sea aborrecido por el mundo.
Como
vemos Ignacio no dice que Jesús estaba con el Padre, Ignacio dice que Jesús
estaba en el Padre, significando ese “en” que Jesús estaba dentro del Padre, y
Ignacio enseña como es que Jesús estaba en el Padre, Ignacio enseña que Jesús
es la palabra “verbo” eterna del Padre, y además que Jesús es el pensamiento
del Padre, leamos:
Carta
de Ignacio a los Magnesios
8. No os engañeis con doctrinas extrañas ni
con mitologías antiguas e inútiles. Porque, si hasta ahora seguimos viviendo
según el judaísmo, cofesamos no haber recibido la gracia. Porque los
divinísimos profetas vivieron conforme a Jesucristo. Por eso también fueron
perseguidos, inspirados como estaban de su gracia para convencer a los infieles
de que existe un solo Dios, el cual se hizo manifiesto en Jesucristo, su Hijo, que en su Verbo Eterno,
no salido del "Silencio"(Sigé) , que en todo fue la complacencia del
que le envió. (Isaias 55:5---Isaias 40----35:4---52:6)
Carta
de Ignacio a los Efesios
III.
Yo no os doy órdenes como si fuera alguien. Porque si yo estoy encadenado por el
Nombre, no soy aún perfecto en Jesucristo. Ahora, no he hecho más que comenzar
a instruirme, y os dirijo la palabra como a condiscípulos míos. Más bien, soy
yo quien tendrá necesidad de ser ungido por vosotros con fe, exhortaciones,
paciencia, longanimidad. 2. Pero ya que la caridad no me permite callar
respecto a vosotros, es por eso que he tomado la delantera para exhortaros a
caminar de acuerdo con el pensamiento de Dios. Porque Jesucristo, nuestra vida
inseparable, es el pensamiento del Padre, como también los
obispos, establecidos hasta los confines de la tierra, están en el pensamiento
de Jesucristo. (Isaías
46:9-13 – amos 4:13)
Y
esto es confirmado por Ignacio al decir en la misma carta a los Efesios que
solo hay un Dios, que se manifestó en Carne
VII..
Porque algunos hombres con perversa astucia tienen el hábito de tomar para todo
el Nombre, pero obrando de otro modo y de manera indigna de Dios; a aquellos,
debéis evitarlos como a las bestias salvajes. Son perros rabiosos, que muerden
a escondidas. Debéis estar en guardia, pues sus mordeduras esconden una
enfermedad difícil de curar. 2. No hay más que un solo médico, carnal y espiritual,
engendrado y no engendrado, Dios venido en carne, en la muerte
vida verdadera, Hijo de María e Hijo de Dios, primero pasible y ahora
impasible, Jesucristo Nuestro Señor.
Como
podemos leer en la teología de Ignacio, hay un solo Dios testificado por los profetas, y así lo
confesamos los unicitarios.
Como
vemos en la teología de Ignacio ese único Dios se manifestó en carne
testificado por los profetas y confirmado por los evangelios y sus apóstoles; y
esto lo confesamos los unicitarios.
Como
vemos en la teología de Ignacio Jesús es el Espíritu Santo y así lo confesamos
los unicitarios.
Como
vemos en la teología de Ignacio, Jesús es la palabra eterna y el pensamiento
del Padre testificado por los profetas, y así lo confesamos los unicitarios.
En
las teología de Ignacio no vemos un solo verso que diga que hay un Dios en tres
personas que sean cada una coiguales y diferentes la una de la otra, esto es
una mentira.
En
conclusión hemos visto que Clemente de Roma, como Policarpo de Esmirna, como
Ignacio de Antioquia, ninguno de ellos dijo que creyeran en un Dios formado por
tres personas, antes al contrario ellos testificaron que Dios es único como lo
dicen Moisés y los Profetas, ellos testificaron que ese único Dios vino en
carne y su nombre es Jesús.
Esta
enseñanza fue realizada por Alexander Escobar Serrato.
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deseas comunicarte conmigo lo puedes hacer al correo:
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